ABRAZOS INTERMINABLES.
Más que un festejo por el triunfo, fue en verdad un desahogo. Pocas veces vimos a los jugadores permanecer tanto tiempo en el cesped luego de finalizado un encuentro. Abrazos y más abrazos. Todos con todos. Qué semanas que habíamos pasado! Dos derrotas seguidas (de esas que duelen, uno por como fue y la otra por como se jugó); atraso en los pagos (un jugador de los nuevos nos dijo que había cobrado sólo un mes desde que está en Comu), la expulsión de Ricky Pérez, la lesión de Lea Martínez, la sorpresiva y tremendamente inoportuna visita del abogado del desprestigiado Fideicomiso, y la renuncia de Pizzo. ¿Qué más?
Resulta muy complejo describir el momento. Había una mezcla de alegría, bronca liberada, melancolía, y más de una lágrima dando vuelta. Las imágenes hablan por sí.
Mientras el Mingui le da consejos a Javi Castro, en el fondo, una imágen que se dió en numerosos pasajes del encuentro: el técnico con la mirada clavada en el piso.
Los contrastes de las imágenes son más que notorios. Dos actitudes disímiles ante ataques con pelota parada. En la primera la visita pone sólo dos hombres. El la siguiente Comu va al frente con cinco.
Gol de Comu. Vatter, Mingui, Avalos, Castro y Pighín se unen para festejarlo. Gonzalo felicita a "Saviolita" por la jugada previa.
TODOS A EL!!!
Javi no está acostumbrado a los micrófonos. Entre Pizzo y él acapararon a los numerosos medios de prensa que se dieron cita en los vestuarios al final del encuentro. Tímido e incrédulo a la vez, contó sonriente su gran gol a todo el que quizo escucharlo.
En la tribuna nos preguntaban quién era. Era lógico; Javi había jugado hasta entonces sólo tres partidos vistiendo la amarilla y negra, y todos de visitante. Cómo olvidar el último partido en Platense, dónde en pocos minutos enloqueció a toda la defensa bohemia.
EL ULTIMO QUE APAGUE LA LUZ:
Ultimas imágenes de Pizzo en Comu.
Ya había terminado la maratón periodística donde una y otra vez respondía de todo y a todos. No quedaban más jugadores en los vestuarios. Cuando nos quisimos dar cuenta estábamos casi solos él y nosotros. ¿Una foto Eduardo? "Sí, claro", "Chau muchachos, hasta siempre....." Tomó sus cosas y se fue... Sin rencores. Gracias y suerte.