lunes, 30 de agosto de 2010

MORON - COMU: Una Nueva Noche Fría...

Creíamos que se adelantaba la primavera para Comu. Sin embargo nos dimos cuenta que el clima y el fútbol a veces van de la mano: En la destemplada noche de Morón chocamos con la realidad y así nos quedamos “helados”.
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Presenciamos un partido difícil de explicar. Poco podemos agregar a esta altura a los acertados comentarios de nuestros colegas partidarios.
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Luego de unos 20’ parejos y sin emociones vino lo mejor de comu de la noche. Se fue con todo lo que tenía arriba y creó al menos seis situaciones muy claras para inaugurar el marcador. En cambio el gallito, totalmente desconcertado, no hacía pie en ningún sector y demostraba el porqué de su ausencia de victorias en el torneo y de goles en las últimas tres fechas (igualó en cero). Finalizar la etapa con dos goles arriba no hubiera sonado exagerado. Una trasmisión radial local que transmitía el encuentro presagiaba lo peor para la etapa final.
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De las jugadas de riesgo recordamos particularmente cuatro: Una hermosa media vuelta de Ginfelice que es desviada al corner con mucho esfuerzo por el uno local, vistosa volada mediante. Un centro por abajo de Banegas pegado a la línea de fondo que recorre todo el arco a escasos centímetros de la línea de gol, y que en forma increíble ninguno de nuestros tres delanteros la pudo empujar. Un mano a mano de Demaio en vértice del área chica y un tiro libre del Negro que amaga realizar un centro y la manda abajo al primer palo (salva Migliardi con lo justo y la manda al córner).

Salvo en la jugada que nadie la pudo "soplar" para meterla, en ninguna podemos achacar en esta oportunidad errores en la definición.

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Para destacar, principalmente el juego de M. Gianfelice, A. Arco y H. Pagés. Lucas Banegas esta vez repartió buenas y malas en partes iguales y M. Avalos estuvo casi desconocido toda la noche.

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La segunda parte vio al cartero salir desde el arranque en busca de la merecida victoria. El adelantamiento de A. De la Canal fue aprovechado rápidamente por el local quién ganándole por dos veces la espalda logró sus primeras conquistas.
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Fue un golpe demasiado duro que no lo supo asimilar. A partir de ahí el equipo desapareció virtualmente y se quedó sin respuestas. Así no pudimos contabilizar, ya no alguna jugada de peligro, sino tampoco una acción individual o colectiva aceptable. Cada contra del local tenía olor a gol. Fueron tres, pero podían haber sido al menos cinco o seis.
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Afuera, en la popular visitante, una espantosa y poco habitual sensación de impotencia nos invadía a todos los incondicionales hinchas carteros.
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Nada que objetar a la formación del equipo. Estuvieron desde el comienzo y en el banco lo mejor que tenemos. ¿Qué equipo sale de visitante con tres delanteros netos? Más allá del mal momento no podemos cuestionar a esta altura el trabajo del DT, con quién en años sólo cruzamos dos o tres palabras ("Buenas tardes o Buenos días").
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Ahora viene Barracas Central, pero antes de pensar en ello debemos una y otra vez buscar las causas de un traspié que no esperábamos, y que golpea nueva y profundamente nuestras mejores ilusiones.




Migiardi salva con su cara un mano a mano. Gran tarea del uno local.

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